Antoine Griezmann asume y digiere. El francés aseguró ayer ante los medios que ha entendido el mensaje que la grada de Anoeta le envió en forma de silbidos y que, además, se lo esperaba. Sólo tiene en mente revertir el panorama: "Sueño con que me aplaudan contra el Barça".
La música de viento se apoderó de Anoeta en el minuto 58 del partido amistoso de este pasado sábado, cuando el de Macon sustituyó a Carlos Vela. Se trataba de uno de los momentos cumbre de la tarde, puesto que era la primera vez que el respetable se topaba con el protagonista del verano.
La versión del futbolista salió ayer a la luz, y admitió que "me esperaba que me recibieran así", a lo que agregó que "intenté disfrutar y ayudar al equipo". El jugador realista, así, sentenció que "quiero olvidarlo y espero que cambie la situacuión dentro de poco". Conviene recordar, al hilo de la tesitura, que buena parte de los asistentes al 'bolo' ante el Brest le amnistiaron y que los aplausos se fueron imponiendo a medida que avanzó el cronómetro...
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