La confianza que en estos momentos tienen los futbolistas de la Real, a raíz de los buenos resultados conseguidos hasta la fecha, es grande y eso se nota en cada sesión. Nadie quiere quedarse atrás. Todos desean ponerle las cosas difíciles al míster y el entrenamiento matutino de ayer fue un ejemplo. Lleno de intensidad, con jugadas hilvanadas, con goles para enmarcar, los txuri urdin volvieron a dejar claro que no existe ni un ápice de relajación. Todo lo contrario. El entendimiento entre Griezmann y Vela, cada vez que se encontraron, fue total. El mexicano, que se quedó en el banquillo frente al Barça, es consciente de que tiene que dar el máximo para poder entrar en el 'once'. Ayer volvió a dejar destellos de la calidad que atesora en su pierna izquierda.
Llorente, por su parte, sigue siendo Llorente, pese a que, en opinión del míster, todavía le falte algo para estar al cien por cien. Ayer peleó hasta la extenuación y dio una asistencia de gol perfecta a Xabi Prieto que no falló...
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